b3b6599a15a74721adbecf8b011b610fgif Cantabria 28-07-2018

 Es frecuente confundir la Nación con el Estado. Es más frecuente confundir al Estado con la Nación como una sola unidad; pero muchos Estados de los existentes en el mundo son Estados formados por diversas nacionalidades y regiones. 

 La nacionalidad es una comunidad de individuos que manifiestan grandes semejanzas de tradiciones, de historia, de patrimonio arquitectónico y cultural, de folklore, de raíces étnicas, de singularidades diversas y sobre todo por una comunión de espíritu. 

 Este espíritu se manifiesta en los cantos populares, en las danzas, en el sabor de la literatura, en el arte, en las edificaciones, en las costumbres, en las formas de vida, etc; es la adhesión voluntaria y desinteresada de los ciudadanos con sus prójimos dentro de un ámbito territorial concreto. Este sentimiento es tan fuerte, que resurge cuando parece que había muerto para siempre. El sentimiento y apego a la tierra y las costumbres, son la base del Derecho. 

 El Estado es una comunidad más amplia, considerada desde el punto de vista político y jurídico. Las Instituciones son las estructuras del Estado. Estas sirven para regir y proteger la vida e intereses de los ciudadanos; sirven, fundamentalmente, para regular nuestra convivencia y la paz social. 

 España se ha formado por la unión de diversos pueblos o nacionalidades que ocupaban la península Ibérica (menos Portugal), está unida por las mismas Leyes generales y unidos por un mismo interés común. Este interés común se mantiene y se fortalece cuando las nacionalidades y regiones se integran en el Estado. El Estado estará fuertemente cohesionado cuando las nacionalidades y regiones que lo componen, estén plenamente representadas y sus aspiraciones sean parte del mismo. 

 El Estado de las autonomías es un modelo que en su momento sirvió para que las reivindicaciones de las nacionalidades y regionales en el seno del Estado Español, supusieran una espera para frenar los deseos autonomistas, especialmente de aquellas que lograron su autonomía por presión popular, ya sean por la vía del art. 151 o por el art.143 de la Constitución. Después de 40 años de aprobar la Constitución, la vertebración del Estado Español aún no está resuelta y es fuente de tensiones. Es necesario, por tanto, arbitrar soluciones que deben partir desde los dos ámbitos de poder existentes: del Estado y de las Comunidades Autónomas. 

 El derecho a la autodeterminación o a la confederación quedan fuera del marco Constitucional. La federalización simétrica que solamente pretende el poder central solo servirá para generar aún más conflictos y tensiones en las CC.AA. donde existe mayor conciencia de pertenencia a una entidad o comunidad diferenciada, lo cual, no quiere decir excluyente. La federalización asimétrica, por definición, reconoce la diferencia y la pluralidad. 

Desde luego, cualquier reforma o modelo de Estado que se plantee deberá contar con la participación de las CC.AA.; en consecuencia, Cantabria deberá aportar su voz y su conciencia de grupo diferenciado. 

 SCAT reivindica que la descentralización no debe ser solo administrativa, sino que debe existir autonomía política. La construcción de Cantabria pasa por reivindicarnos a nosotros mismos y debemos aspirar en píe de igualdad a la construcción Europea, para garantizar un futuro estable, pacifico, solidario y armónico entre todas las nacionalidades y regiones de España y de la Unión Europea. Ello implica, que debemos de asumir nuestra responsabilidad como parte integrante de un Estado Nacional, España, y como tal, estamos obligados a aportar soluciones. 

 En SCAT consideramos Cantabria como una Nacionalidad (comunidad histórica) en términos Constitucionales, que pretendemos su desarrollo implantando políticas en clave de autonomía política. Pero debemos buscar nuestro encaje en la contemporaneidad. Somos un pueblo milenario, diferenciado, con carácter propio, que es raíz del Estado Nacional (España), que, a nuestro humilde entender, debe hacerse aún más descentralizado administrativa y políticamente, que debe reconocer su carácter plurinacional no solo de manera formal, sino también de manera efectiva, reconociendo los hechos diferenciales; pero todo ello, en clave de igualdad de derechos y de respeto al ordenamiento jurídico del Estado Social y de Derecho del Reino de España. 

 Dentro del ámbito Institucional, consideramos muy importante la integración del carácter plurinacional del Estado Español en la composición del Tribunal Constitucional y en la estructura del poder judicial. 

 El Tribunal Constitucional no es una Institución del poder central del Estado, sino una Institución más del propio Estado. Y como tal, su composición sería conveniente que reflejara su carácter plurinacional. Por otra parte, la estructura actual del poder judicial continúa siendo la de un Estado Centralizado. La descentralización del poder judicial es otra asignatura pendiente de la reforma Institucional Española. Sin duda, sería un avance importantísimo para la cohesión y unidad del Estado Español. 

 Las reformas que se hayan de impulsar pueden y deben partir del actual marco Constitucional, otorgando un mayor poder legitimado a las nacionalidades y regiones que configuran el Estado Español. 

 Como Cántabros y como sindicalistas que propugnamos un proceso de democracia directa en la toma de decisiones de los asuntos de los trabajadores debemos aportar soluciones al debate, no debemos quedarnos como meros espectadores. Partiendo de nuestra propia realidad, debemos aportar ideas y arbitrar soluciones que permitan un reconocimiento de nuestra identidad como pueblo diferenciado, dentro de un Estado Federal con reconocimiento de las peculiaridades históricas nacionales del mismo. 

 El Día de las Instituciones, el día que Cantabria construyó sus propias Instituciones, es un argumento perfecto para manifestar que, son la herramienta perfecta para exponer los puntos de vista de cada cual, y a la vez, el lugar perfecto para encontrar alternativas y soluciones desde la legalidad vigente y salvaguardar la convivencia en paz. 

 ¡ Viva Cantabria !